Eran las ocho de la mañana. Luke me había preguntado si
podía ir al entierro de Arthur conmigo. Le dije que no. No quería que me viese
llorar. Los tíos de Arthur me iban a recoger a las ocho y media. Me
preparé, una camiseta negra un poco escotada, unos vaqueros negros ajustados y
unos tacones, (por si no lo adivináis, también negros). Aún eran las ocho y
cuarto. Bajé para desayunar pero no tenía hambre. Mis padres estaban trabajando
y mi hermano estaba en el sofá, jugando con su estúpido móvil y seguramente
chateando con la puta de Irene:
-Lo siento.- dijo de repente, acercándose a la nevera y cogiendo
una Fanta. <<¡Es mía, capullo!>> le iba a decir, pero sería mejor
no empezar con peleas por la mañana.
-¿Por?
-Se notaba que querías a Arthur.
-Ah...ya...- nos quedamos callados, él se sentó en la
encimera mientras yo miraba a mi desayuno, no tenía hambre.
-¿Vas hoy al entierro? - asentí con la cabeza. - Dale el
pésame a sus tíos de mi parte.
-Lo haré. - tragué saliva.
-¿Llevas pañuelos? Yo creo que tengo. - ¿por qué se
preocupaba tanto por mí?
-Ya he llorado demasiado estas últimas semanas, no creo que
vaya a llorar mucho más. - digo fría.
-Si te encuentras mal llámame, ¿de acuerdo?
-¿Desde cuando estás tan preocupado por mí? ¿Solo porque se
me murió un amigo? Pues debería matar cada día a uno para que me hagas caso...-
antes de que él pudiese decir nada, cogí mi bolso negro y me fui de casa.
Los tíos de Arthur ya estaban en el coche. Subí en el coche, en el asiento
trasero.
-¿Drake? - pregunté impresionada.
-Hola...-dijo con los ojos rojos.
-¿Estás bien? - él negó con la cabeza.
-Kiara, le hemos invitado al funeral también. ¿No te
importa? - dijo la tía de Arthur.
-Por supuesto que no.
-¿Tú estás bien? - me preguntó Drake.
-Sí, tranquilo. - le acaricié cariñosamente la mejilla.
Después me acerqué hacia él y le besé lentamente.
-Una pregunta Kiara, ¿no salías con un chico llamado Luke?
Me lo había contado Arthur...-dijo el tío.
-Emmm, esto...- tragué saliva. Drake me cogió de la mano,
estaba tan nerviosa.
-¡Tony, no pongas más nerviosa a la niña! ¡Si no quiere
contestar, no contesta y punto! - dijo la tía de Arthur, por la pulsera que
llevaba creo que se llamaba Nana. Menudo nombre, aunque yo tampoco podía decir
que el mío era el más normal de todos.
-Estaba saliendo con él, pero creo que está con otra
chica...entonces yo estoy con otro chico. - dije tímida.
-Así se habla querida, los cuernos no se perdonan, ¡se
devuelven! - amén señora, amén :3 ¿Por qué las mujeres negras siempre tienen
tanto swag? La tía de Arthur lo tenía, y, Dios, me encantaba. Sin embargo, el
tío de Arthur era un blanquito paliducho, que no le importaba mucho lo que su
mujer decía. No me extraña que Arthur fuese su sobrino, se parecían
demasiado. Llegamos al cementerio, sus padres decidieron hacer el funeral al
aire libre, aunque no creo que a mi fallecido amigo le entusiasmase mucho.
Drake me cogió de la mano en todo el momento, estaba temblando, yo también. Me
daba igual lo que decía el cura, yo miraba al suelo. Estaba muy nerviosa, no
podía llorar, lo tenía que hacer por mí misma y por Arthur. Al acabar el
funeral se me escapó una lágrima. Drake se acercó a mí, mientras andábamos
hacia el coche.
-¿Desde cuando te caía bien? - pregunté.
-Siempre lo había odiado, pero...por una parte de mí me
gustaba vacilarle. - me miró e intentó sonreír.
-Eso me parece muy...extraño y a la vez bonito...
-¿Luke no ha querido venir?
-Insistió mucho, pero le dije que no.
-Kiara, tenemos que hablar de lo nuestro, joder. Te tiro
indirectas, te tiro cumplidos...¿qué más quieres que te tire? ¿Una mesa? ¿Tal
vez una silla? - reí un poco, él también. - Cuando nos besamos pienso que
tienes novio y me hace sentir mal, ¿sabes? Necesito saberlo de una vez.
-Estoy muy liada, pero lo que sé es que cuando te beso me
siento tan bien. - dije algo confundida.
-¿Y con Luke?
-Él también, pero...creo que está con Rebeca otra vez y no
me lo quiere decir.
-Ya has oído a Nana, los cuernos no se perdonan, se
devuelven.
-Si tuviese que devolverle a Luke todas las veces que se ha
acostado con Rebeca cuando estaba conmigo, creo que tendría el SIDA. - él se
empezó a reír. Yo rodeé los ojos y después me reí también. - Además, no puedo
estar contigo, eres más feo que un frigorífico por detrás.
-Vamos bonita, los dos sabemos que eso no es verdad.- nos
empezamos a reír.
-Tienes razón...
-Kiara, yo...te quiero. - sonreí.
-Yo...creo que también te quiero. - nos acercamos, podía
sentir la respiración de Drake. Acerqué mi cabeza contra la suya y nos besamos.
Puso sus manos en mis caderas mientras nos besábamos apasionadamente, yo
acaricié su pelo.
-¡Kiara! - gritó Luke, con los ojos muy abiertos. Drake y yo
nos separamos.
-Mierda santa...-murmuré. Tragué saliva. Luke negó con la
cabeza, y se fue corriendo hacia su moto. Arrancó y se fue, muy furioso. -
¡Luke! ¡Te lo puedo explicar! - dije corriendo detrás de su moto, el motor me
tapaba los ojos con el humo pero seguía corriendo, hasta que tropecé con una
puñetera rama y caí al suelo desesperadamente. Drake corrió hacia mí mientras
yo empezaba a llorar. Me levantó repentinamente, mis piernas fallaban cada vez
que andaba. Cuando llegué a casa me fui a mi cuarto. Necesitaba hablar con
Luke, no podía hacer que las cosas fueran otra vez mal, en ese mismo instante
no. Arthur había dicho que las cosas saldrían bien pero yo no creía eses
cuentos.
-Kiara, eres gilipollas...-murmuré dando patadas a los muebles,
no me daban pena ninguna. - ¡Ya lo tengo! - dije en voz alta. Salí por la
ventana, sin que mi hermano se diese cuenta y anduve hasta la casa de Luke,
media hora andando la encontré. ¿Y ahora como haría? Él no me dejaría pasar,
obviamente. Iba a hacer como él siempre había hecho conmigo, subir por la
ventana. Mierda, era demasiada alta. Me daba igual. Había un árbol casi al lado
de la ventana de su habitación, perfecto, eso me ayudaría a subir. Escalé como
toda una profesional, esperaba que las ramas del árbol aguantasen todo mi peso.
La ventana no estaba cerrada, mejor. No querría romperle el cristal para
entrar. Entré sigilosamente, oí unos ruidos. Era Luke...pero no estaba solo.
Bajé las escaleras, y...¡me cago en mi puta raza! ¡Estaba tirándose a Rebeca en
la cocina! Solté un grito de dolor, intenté borrar esa espantosa imagen de mi
cabeza.
-¿Has oído algo? - preguntó Rebeca, parando de gemir como
una zorra. Esperaba que se quedase embarazada, lo digo enserio.
-No. ¿Por?
-He oído algo arriba. - mierda, la tonta tenía buen oído.
-No importa, sigamos con lo nuestro, buenorra tonta. - dijo
pícaramente. Yo sentí furia, me puse furiosa. Le iba a matar, ¡y yo que había
ido hasta allí para suplicarle clemencia! ¡Y vi que se estaba tirando a esa
puta! Me controlé, subí para su cuarto, cerré la puerta sigilosamente y tapé mi
cara con mis manos. Empecé a llorar en silencio. Entonces, escuché unos pasos
por las escaleras.
-¿Seguimos en la cama, guapo? - dijo Rebeca.
-Sí, vas a disfrutar preciosa, créeme. - Mierda,
mierda...¡MIERDA! ¿Y ahora qué coño hacía? Tendría que saltar por la ventana.
-Ay Dios mío, de esta no salgo...-murmuré moviéndome de un
lado a otro. Hasta que decidí saltar la puta ventana. Menos mal que no me
descubrieron.
-No, en la cama mejor no. En el baño. La cama ya la hemos
usado muchas veces.- oí decir a Luke. ¿¡Qué?! ¿¡En serio?! ¡¡Me iba a dejar la
puta vida en saltar la puta ventana para que ahora venga mi puto novio a decir
que mejor en el puto baño, que en la puta cama ya la había usado mucho con la
puta de Rebeca!! En ese momento quería gritar. Tenía que calmarme.
-Oh mierda, tengo que irme. Mi hermana va a dar luz,
tendremos a nuestro sobrino dentro de poco, ya verás. - dijo Rebeca. No quería
ser mala, pero esperaba que el puto sobrino de los cojones muriese en el
parto. Vale, creo que me había pasado.
-Chao, buenorra tonta. - ¡que ese era mi apodo, hijo de
puta! Rebeca se fue y la casa quedó tranquila. Esperé media hora, intentando
canalizar mi ira. Timbré de repente, no iba a escalar por la ventana. Luke
abrió la puerta, me vio y la cerró furioso. Retiro lo dicho, tendría que
escalar por la ventana. Escalé hasta llegar a su habitación otra vez, bajé las
escaleras y le vi dándole una patada a la mesa del salón, vaya, no era la única
que hacia ese maltrato a los muebles.
-¿Qué haces aquí? ¡Fuera! - gritó Luke.
-¡Eh! Yo no he dicho eso nunca cuando entrabas sin permiso
en mi habitación y seguía igual de enfadada.
-Vete con tu novio, creo que te necesita más...
-¡Vete tú con tu puta! - grité.
-No te atrevas a llamar así a Rebeca, por lo menos ella no
me pone los cuernos como una que yo sé. - sentí como mil puñaladas en mi
espalda, tenía razón.
-¡Tú también me has puesto los cuernos! ¡Y los cuernos no se
perdonan, se devuelven! - Dios, esa frase tenía demasiada razón.
-¿Quién te ha enseñado eso? ¿Tu novio para que te acuestes
con él?
-No me he acostado con él, solo le he besado. Que pena que
tú no puedas decir eso.
-¡Eres una puta! ¡Solo te preocupas por ti misma!
-¿¡Solo por mí?! - este me estaba tomando el pelo, vamos...
-No querías que fuese al funeral de Arthur para que tú
tuvieses el tiempo suficiente para morrearte con Drake. Sabía que estabas
enamorada de él, ¡lo sabía!
-¡Y tú eres un egocéntrico! ¡Si me cuidases más no te
engañaría! ¡Ahora casi nunca sé donde estás ni que haces! ¡Apenas me llamas!
-Estoy ocupado, ¿no lo entiendes? Aparte de que seas mi
novia necesito hacer otras cosas.
-¿Como tirarte a una puta? - le miré desafiante.
-¡No es una puta! - se acercó a mí y me levantó la mano. Yo
quedé paralizada.
-No vuelvas a levantar la mano jamás....-dije negando con la
cabeza y dando unos pasos hacia atrás. Empecé a llorar.
-¡Vete ahora mismo con tu novio! ¡Seguramente te podrá dar
más cariño que yo! ¡No me mereces! - tragué saliva. Se acercó a mí
amenazante. - No te deseo mal, pero ojalá se te escape mi nombre cuando le
hagas el amor. - susurró cortante.
-Y yo espero que ames mi amnesia cuando me olvide de ti...-
él tragó saliva. Luke casi iba a llorar. Antes de que él pudiese decir algo yo
me fui de su casa rápidamente. Vagué por la calle, llorando.
-Arthur no tiene razón...¡nunca la va a tener! - grité
mientras corría hacia mi casa. Abrí la puerta, mierda, mi padre, mi madre y mi
hermano estaban cenando. Me miraron con preocupación.
-¿Donde has estado? Nos tenías preocupados. - dijo mi padre
furioso
-Estaba...dando un paseo. Quería relajarme.
-¿Relajarte? ¿En serio Kiara? ¡Podrían secuestrarte!
-¡Ya no soy tan pequeña, papá! ¿Cuándo lo comprenderás?
¡Necesito ser libre!
-Pues dentro de un año vas a ser libre, estás castigada doce
meses por desobecernos, a mí, a tu hermano y a tu madre.
-¡WTF! ¡Estáis mal de la cabeza! ¡Cuándo acabe ese castigo
lo haré otra vez! ¡Y lo volveré a hacer! - grité.
-¡A tu habitación! - gritó mi padre aún más fuerte que yo.
-¡Nunca!
-Vete a tu habitación.
-¡Que no, tío! - se acercó amenazante hacia mí. Me dio una
bofetada. Mi madre estaba empezando a llorar.
-¡Vete ahora mismo! - di unos pasos hacia atrás y fui a mi
habitación rápidamente. Me tumbé boca arriba en mi cama, cogí una almohada y me
la puse en la cara.
-¡QUIERO MORIRME DE UNA VEZ! - chillé, empecé a llorar. A
las doce y media aún seguía llorando. Cogí mi peluche roa y lo abracé mientras
su suave algodón acariciaba lentamente mi cara. Cerré los ojos mientras
sollozaba en silencio.
-Eh, pssss, ehhh...-oí unos susurros. Venían de la ventana.
Sequé mis lágrimas. ¡Era Drake!
-Hoy hay una fiesta, ¿quieres venir?
-¿De quién es la fiesta?
-De mi prima, te va a caer genial.
-Estoy castigada.
-¿No puedes escapar?
-No creo que esté para fiestas, Drake.
-Vamos, hazlo por mí, tía. Que no quiero ir solo.
-Solo lo hago por ti...-rodeé los ojos, puse un vestido
hasta las rodillas de color azul y unos tacones negros. También llevé una
chaqueta negra, por si las moscas. Drake condujo con su coche hasta la fiesta.
Dios mío, nunca había visto tanta gente en una mansión tan grande. Esa mansión
la conocía, pero no sabía de qué. Vi a Tresh y a Patricia. Les abracé y les
conté como iban las cosas con Luke y con mi vida. Se quedaron MUY
impresionados. Creo que demasiado. Yo lo estaba pasando genial, se me había
olvidado mi familia, Luke y Rebeca, mi amigo fallecido...Todo era genial. Drake
se acercó a mi y me llevó al balcón.
-¿Te gusta la fiesta? - asentí.
-Bueno...quería hablarte sobre lo de Luke...He cortado con
él, solo te quiero a ti. - él sonrió.
-¿En serio? ¡Yo también! - me cogió de las caderas y me
elevó en el aire mientras él daba vueltas y yo me reía como una loca. - Te
quiero Kiara. - susurró, después se acercó a mí y me besó.
-Yo te quiero aún más, Drake...- se acercó a mí y me besó
otra vez apasionadamente.
-Quiero que sepas, que desde la primera vez que te vi, nunca
pensé en otra chica. Solo pensaba en ti, en la chica más bonita de todas. - me
sonrojé.
-No creo que esto sea verdad, ahora estaré tranquila y las
cosas me van a salir genial.
-Olvídate del paleto de Luke, me tienes a mí.
-Me da igual que me rompas el corazón dentro de un mes, por
que sé que siempre estarás enamorado de mí. - sonreí.
-Y...¿por qué tendría que romperte el corazón dentro de un
mes?
-Porque tienes cáncer...¿no lo recuerdas?
-Ah...sí...es que estaba un poco distraído. - nos quedamos
callados. - Bueno, me voy abajo. ¿Bailas conmigo en la pista, novia mía?
-Baila tú sólo, yo voy a sentarme en una silla mientras me
río de tus pasos de baile. - nos reímos y bajamos. Me senté en un sofá. Un
amigo de Drake se acercó a mí.
-Hey, ¿qué tal?
-Hola...-dije tímida.
-Mira que mal baila mi amigo, - dijo señalando a Drake. -
espero que se muera pronto, porque...
-¡Eh! ¡Con eso no se juega! Sabes que puede morir en
cualquier momento y por encima bromeas con eso.
-¿Drake te ha contado su truco?
-¿Qué...qué truco?
-Coge a la chica más tonta, la llama con cosas bonitas y le
dice que tiene cáncer. Entonces la chica se enamora locamente de el hasta que
se la folla y después corta con ella.
-¡¿Qué?! - me levanté, me acerqué hacia Drake en la pista y
le di una bofetada.
-¿Qué demonios te pasa? - preguntó confundido.
-¿¡O sea que no tienes cáncer eh?! ¡Con eso no se juega, Drake!
-Te lo puedo explicar...
-¡No me expliques nada, gilipollas! - cogí un mojito y se lo
tiré en toda la cara. Él bajó la cabeza.
-La he cagado.
-La has...cagado, exactamente. - dije asintiendo con la
cabeza.- No quiero que te vuelvas a acercar a mí nunca, ¿me oyes? ¡NUNCA! -
empecé a llorar, subí las escaleras. Abrí una puerta cualquiera, estaba Tresh
ligando con una chica. Cerré rápidamente la puerta, llorando aún más. No me
podía creer que Drake me hubiese engañado, si era un buen chico...Tenía punzadas
en mi corazón. Abrí otra puerta cualquiera. Abrí la boca. Vi a Rebeca, besando
el cuello de Luke, los dos en ropa interior.
-¡Kiara! - gritó Luke. Yo empecé a llorar más, Rebeca sonrío
maliciosamente, negué con la cabeza.- ¡Kiara, necesito hablar contigo! - negué
otra vez con la cabeza. Luke se quería levantar pero yo ya estaba fuera de la
habitación, empecé a llorar más. En ese momento, recordé todas las miserias que
estaban cayendo en pedazos sobre mi mundo. No podía respirar, lo intentaba
pero...no podía respirar...
Tenía que salir de allí lo más pronto posible...
-Chris-